A ti que nunca vas a recibir ni leer estas palabras, pues es bastante claro que ya no las necesitas, sin embargo te quise y te quiero aunque me haya quedado sin ese lugar donde era tan cálido estar.
Y a mi, para soltar y no volver...
Fue esa tarde que tan emocionada estaba por verte, tan feliz y triste de que te marcharas a otro paÃs. Y fueron tantas las salidas y experiencias en las que nuestra empatÃa se hizo tan fuerte que racionalmente no se como explicar los hechos que nos llevaron a este presente. Pero ahà estábamos, disimulando que aquella seria la ultima ocasi
ón. Es ilógico escribir mas, mis labios solo quieren gritarte desde la lejanÃa que nos separa: ¡¿Como pudiste olvidar eso?! ¿Como pudiste ignorar mi necesidad de aferrarme a los últimos momentos contigo? y no es porque te merezca es porque yo no te lastime, yo construà puentes donde ella dejo escombros. ¿Cuando te enamoraste de las ruinas y te rendiste ante ellas? Darme cuenta de aquello apago la luz que se encendÃa al mirarte, fue tan radical que aun en mis recuerdos es como si no estuviera pensando en la misma persona que otras tantas veces delineo mis tristezas de ese azul tan sublime. Asi que solo me marche sintiendo asco de la chica que tenia en frente ofreciendo disculpas por cortesÃa, ignorante de lo que acababa de hacer. Te fuiste y jamas volviste, me escribiste y te escribà pero nunca volvà a hablar contigo. Espero tanto que nos recuerdes gloriosas porque recordarnos es lo ún
ico que nos queda.
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Escrito antes del 2018