Vivir la vida es como si caminaramos por un sendero que vamos conociendo cual individuos que transitan por un bosque; temerosos y confundidos, cargados de creencias y juicios de aquellos que atravesaron previamente el bosque. Una vez dentro solo podemos escuchar las voces que nos incitan a correr y correr hasta salir de aquel sitio para llegar mas rapido a nuestro destino. Y a eso nos aferramos pues tenemos miedo y no podemos enfrentarnos a todo eso -Aunque, ¿Realmente como lo se?- No importa, nos han dicho que debemos resistir el rose de las hojas, el impulso de la brisa huir de cualquier criatura que sea diferente a nosotros, "no te muestres nunca vulnerable, no seas debil y mantente alejado y seguro" Finalmente estamos fuera, intactos, perfectos, vencedores, pero tras unos minutos dariamos lo que fuera por volver porque ahora sentimos un vacio profundo en nuestro interior del que no puedemos simplemente hiur.
Fui un caminante que se resisitio a correr por el bosque. Aunque seguramente estuve siempre en el lugar equivocado porque aquel nunca fue un bosque, fue un jardin,una carcel, una playa de noche en la que descubri que soy adicta a las estrellas. Pero con el pasar del tiempo su luz comenzo a lastimar mis pupilas y tuve que cerrar los ojos para abrirlos y descubrirme en un castillo con miles de puertas entreabiertas que indudablemente me dedique a explorar. En la primera encontre a alguien mas como yo, que me brindo su compañia, en la segunda descubri las lagrimas, en la tercera alguien supo secarlas y caminamos juntos hasta la sexta puerta donde al voltear descubri que habia soltado mi mano y no lo volvi a ver jamas. En la puerta numero 8 habia solo obscuridad y una persona en medio con grandes alas que lloraba y cubria su rostro. Tome sus manos y le enseñe a limpiar sus lagrimas y esta vez no la abandone unas cuantas puertas mas alla. Las siguientes puertas no se hacian mas faciles de abrir asi que mis manos comenzaron a sangrar y mi pecho tomaba aire cada vez con mas dificultad. Pero yo estaba enamorada de cada paisaje que descubria y cada aroma que conocia y cada persona que ayudaba. Finalmente me haye en mi playa esa que siempre estaba fresca y llena de estrellas pero esta vez sus destellos no me lastimaban, mi angel usaba sus alas para protegernos. Supe que finalmente habiamos llegado junos al final del bosque, quise extender mis dedos para tocar su rostro, acaricie su cuello, sus hombros, su espalda hasta ese lugar donde comenzaba a hacerse mas gruesa para unirse con sus alas y dolio. Desperte. Ya no estaba en mi playa pero seguia tocando mi espalda y el lugar donde mis alas se unian con ella. Y super que la aventura habia terminado.
No llegue intacta, ni perfecta, ni vencedora de todo lo que quise mantener conmigo. Al contrario dediaque mi ultimo suspiro a sonreir pues descubri que siempre fui mi oscuridad y mi angel y ahora ya ningun vacio invade mi corazon.
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Escrita despues del 2018